Miedos

Tener miedo es natural. Es una respuesta adaptativa a la multitud de peligros que existen. Nos coloca en un estado de alerta que nos permite protegernos ante situaciones que consideramos amenazantes. Sin embargo, en algunas ocasiones el miedo resulta excesivo, impidiéndonos que nos sintamos cómodos en momentos seguros. A pesar de que la propia persona sabe que su miedo es mayor de lo que debería, no consigue permanecer en la situación o dejar de sentir un fuerte malestar.

El objetivo no es eliminar el miedo, sino ajustarlo a las verdaderas exigencias de la situación.

Síntomas

  • Sensación de ahogo
  • Nerviosismo
  • Incremento del ritmo cardiaco
  • Suduración
  • Pensamientos negativos «si no me voy, me puede pasar algo malo»
fobia

Tratamiento de los miedos

Realizamos una evaluación para descubrir los miedos de cada persona y qué circunstancia los está manteniendo en el momento actual.

Para dejar de sentir miedo, es fundamental que la persona que lo sufre descubra que el peligro no es tan grande como cree, para ello se trabaja con los pensamientos negativos y exagerados.

  • En muchos casos nuestros pacientes, ya poseen capacidades para enfrentarse a la situación temida, pero no le dan el peso que verdaderamente tienen. Por lo que también trabajamos redescubriendo y redimensionando el valor de sus recursos.
  • Es muy importante que, además de ese trabajo cognitivo, el paciente pueda permanecer en la situación que produce malestar. Para ello, se practica una exposición controlada, en la que la persona puede sentir que alcanza ciertos objetivos poco a poco.