Terapia de psicólogo familiar: ¿Cómo funciona? ¿En qué casos sirve?
Existen dinámicas y situaciones que se producen en el contexto de una familia y que, en consecuencia, afectan a todos sus miembros.
De este modo, todos colaboran de algún modo en el mantenimiento de una circunstancia que limita el bien común.
La implicación del grupo es clave para solucionar cualquier problema y generar cambios constructivos. La terapia de psicología familiar ofrece un espacio de apoyo que resulta esencial para avanzar.
¿Y cómo es una terapia familiar? La terapia se compone de sesiones individuales y grupales que propicien la introspección y el conocimiento mutuo. La interpretación de un hecho no es lineal, puesto que existen diferentes puntos de vista.
Y cada uno de los participantes en una terapia tiene la oportunidad de ampliar su visión con la perspectiva del otro. El diálogo transcurre en un espacio terapéutico que protege al grupo.
¿Cuándo iniciar una terapia de familias?
En Atlas Psicólogos enumeramos algunas causas frecuentes.
1. Falta de entendimiento
La familia es un sistema dinámico que puede analizarse desde un enfoque holístico. Y es que, existen detalles concretos que afectan a todo el entorno. Cualquier familia puede iniciar el proceso de buscar la felicidad compartida cuando surge un problema complejo o después de haber pasado una situación complicada.
Generalmente, las barreras en la comunicación, que se manifiestan de formas diferentes, motivan la petición de ayuda especializada.
Así ocurre cuando las discusiones frecuentes deterioran el diálogo. Y, también, cuando el silencio esconde emociones, vivencias y sentimientos que necesitan verbalizarse.
2. Cuando la situación de un familiar afecta a los demás
Por otra parte, también puede ocurrir que el momento vital que vive uno de los miembros de la familia afecte a sus seres queridos.
Por ejemplo, cuando una persona tiene depresión, su sufrimiento preocupa al entorno inmediato. Un problema de adicción también afecta de algún modo a todo el grupo.
3. Proceso de divorcio
En la historia de una familia existen periodos de cambio y puntos de inflexión que marcan una nueva etapa. El divorcio es un ejemplo frecuente. La separación modifica el vínculo de pareja, pero el rol de padres permanece. Existen momentos en los que las personas se centran en la añoranza de una felicidad previa compartida en común. Pero la verdadera alegría es aquella que se alimenta desde el ahora.
La búsqueda del bien común es un proyecto de grupo. Cada uno puede hacer algo para cuidar de sí mismo y de los que le rodean. La terapia familiar, por tanto, es determinante para potenciar la armonía, el respeto, el encuentro y la conexión con los seres queridos. Ingredientes que refuerzan la resiliencia y el amor.
Cómo encontrar soluciones ante los conflictos familiares
Existen distintas herramientas de ayuda para superar los obstáculos. Por ejemplo, una persona cercana puede realizar una labor de mediación cuando se produce un conflicto. Pero, en ese caso, debe ser alguien capaz de mantener una posición neutral.
Por otra parte, es habitual que los conflictos generen un distanciamiento y, como consecuencia de ello, los implicados comparten menos tiempo en común. Por el contrario, conviene buscar y encontrar espacios para estar juntos.
Por ejemplo, es positivo cultivar una afición compartida en torno a la que disfrutar de conversaciones distendidas. De este modo, los protagonistas crean recuerdos amables y felices en compañía.
Más allá de la disposición inicial para solucionar un conflicto, existen momentos en los que la ayuda de un experto resulta esencial. Así sucede, por ejemplo, cuando la situación de estancamiento se prolonga en el tiempo y no se materializan cambios significativos en los vínculos familiares. En Atlas Psicólogos Tres Cantos tenemos una amplia experiencia en terapia de psicología familiar.