Síndrome Postvacacional, ¿Mito o realidad? (Parte I)

 En Psicología, Síndromes y Trastornos
Síndrome Postvacacional

Síndrome Postvacacional

En los últimos años, se ha hablado mucho del síndrome postvacacional, en septiembre la televisión se llena de comentarios sobre este problema. ¿Pero, en realidad existe?.

 En este blog, hablamos de psicología desde un punto de vista científico, pero dando un enfoque ameno e interesante, os cuento esto porque casi siempre es más fácil creer al «conocimiento general» antes que al científico. El síndrome postvacacional no está catalogado, ni contemplado como un trastorno o síndrome, en principio «no existiría».
Entonces, ¿Por qué me siento mal al volver de vacaciones?, ¿Por qué tengo menos energía y menos ganas de hacer cosas?

 El poder de la Profecía autocumplida

La profecía autocumplida es un fenómeno que suele utilizarse para explicar los malos resultados de algunos estudiantes. Cuando un profesor espera que el alumno Y saque malas notas, aumentará la probabilidad de que el alumno saque malas notas y por lo tanto cumpla las expectativas del profesor. Por supuesto, esto no es magia, se basa simplemente en que el profesor en ocasiones de forma clara y otra veces inconscientemente y casi de manera incontrolable tratará a ese alumno de diferente forma, generalmente prestará menor atención, menos refuerzos y menor aprobación a los alumnos que considera «malos estudiantes».

 El fenómeno de Profecía autocumplida puede extrapolarse a cualquier ámbito en el que esperamos que ocurra algo de cierta forma, ¿Qué tiene que ver con el síndrome postvacacional?, mucho y es que puede que muchas veces pensemos «En septiembre estaré triste o apagado por el síndrome postvacacional». Nuestros pensamientos no son mágicos, pero sí poderosos, no pueden causar terremotos ni lluvias, pero sí pueden provocarnos un fuerte malestar.

Cambio de hábitos

El verano es una época en la que solemos romper nuestras rutinas y tirarlas por la ventana «¡hasta septiembre, compañeras!». Generalmente las rutinas y hábitos nos dan seguridad y calma, razón por la cual se recomienda que los niños en verano también tengan rutinas, no significa que todo sea igual que durante el año, pero es esencial que se sientan seguros y estables, y eso es lo que aportan las rutinas. Aunque típicamente las recomendamos en casos de niños, en realidad también a los adultos nos aportan seguridad y estabilidad, necesitamos tener rutinas. Pero, no nos tomemos esto de la manera más estricta, hábitos pero no corsés, no está mal romper con algunos hábitos que luego retomaremos, pero eliminar todos es un caos para nuestro cerebro.

 Al volver a las rutinas en septiembre, tenemos que adaptarnos a esa «nueva vida», y la adaptación en ocasiones puede generar cierto malestar transitorio, solo ocurriría a un pequeño porcentaje de personas. La mayoría se adaptan sin problema, cuando esto no ocurre no significa que se padezca un síndrome postvacacional, probablemente tengamos algún tipo de problema adaptativo, lo cual puede ser un síntoma de problemas más profundos y complejos.
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