Síndrome del impostor: así puedes detectarlo y superarlo
El síndrome del impostor es un fenómeno psicológico por el que la persona que lo padece es incapaz de reconocer sus propios méritos, logros y valía. A pesar de ser competente, haber cosechado éxitos y haber hecho un buen trabajo, siente que nunca está a la altura de las circunstancias, que podría hacerlo mejor, que siempre le falta algo.
Quienes padecen este síndrome viven con miedo continuo a ser “descubiertos”, a que los demás perciban que realmente no son tan válidos y que han estado disfrutando de un reconocimiento que no merecen.
Así, si consiguen una calificación excelente, no se sienten merecedores de la misma. En su trabajo no consiguen entender cómo otras personas pueden comprar sus productos o pagar por sus servicios. O simplemente por qué su pareja o sus amistades deciden permanecer a su lado.
Realmente, esta sensación puede ceñirse a un ámbito particular o abarcar todos los aspectos de la vida. Igualmente, puede ser temporal y desatarse ante nuevos retos y desafíos o tomar un carácter crónico.
¿Cómo puedes detectarlo?
Para ayudarte a identificar si formas parte de esta categoría, desde Atlas Psicólogos te mostramos las características principales:
- Asumes que todos tus logros y éxitos son debidos a la suerte o al azar. En todo caso, a que te has esforzado sobremanera para obtenerlos. No pueden reconocer que son fruto de sus cualidades, talento o preparación.
- Ninguna cantidad de formación o de experiencia laboral parece ser suficiente. Siempre sientes que te falta más, que no estás listo, que no eres lo suficientemente competente como para desempeñar el puesto.
- Eres muy perfeccionista. Te pones metas muy altas y exigentes y te esfuerzas en exceso, incluso cuando nadie te lo pide. Aun así, tus resultados nunca te parecen satisfactorios. Siempre sientes que podrías hacerlo mejor.
- Te cuesta delegar tareas y eres individualista. Sientes que tienes que hacer todo solo. Así, te cargas de trabajo, responsabilidades o compromisos y tratas de cumplir con ellos por tu propia cuenta. Evitas pedir ayuda para que los demás no descubran que realmente no eres tan válido.
- Crees que debes hacerlo todo bien desde el principio, incluso si se trata de situaciones o retos nuevos. Si esto no ocurre, te frustras y confirmas tu idea de que, realmente, eres un fracaso y un fraude.
- Tienes dificultades para aceptar cumplidos. Al recibirlos, respondes con justificaciones o excusas, pues en el fondo sientes no merecerlos.
¿Cómo puedes superar el síndrome del impostor?
Algunas de las recomendaciones que te hacemos desde Atlas Psicólogos para superar este síndrome son:
1. Busca ayuda
¿Verdad que cuando tienes fiebre vas al médico? Entonces, cuando no estés anímicamente bien, acude al psicólogo.
Una terapia psicológica te puede ayudar a detectar tus puntos débiles, a conocerlos, a estudiarlos y a convertirlos en fuertes porque, en ocasiones, ni siquiera son reales, sino que los has construido tú por alguna razón.
2. Sé consciente de cuándo piensas como “impostor”
Para superar algo primero tienes que ser consciente de ello. Por eso, cada vez que tengas un pensamiento negativo sobre tu capacidad profesional, párate un momento y analiza quién es el que habla.
Identificar una apreciación de tu yo-impostor es fácil, pero no lo es tanto moderarlo. No obstante, cada vez que valides que ese pensamiento no es cierto y te lo demuestres con hechos objetivos, verás que aprendes a echarlo fuera de ti.
3. Analiza las consecuencias de tus fracasos
Estamos malacostumbrados a esconder los fallos y ellos solamente son una parte más de nuestro aprendizaje.
Si revisas los tuyos y estudias las consecuencias positivas que has conseguido de ellos, podrás ver luz entre toda la oscuridad.
4. Controla tus logros
La analítica es muy útil para paliar el síndrome del impostor porque no hay nada más objetivo que los números.
Define tus objetivos y analízalos regularmente. Si tu progreso es normal, esos datos van a crecer y significará que creces profesionalmente.
5. Realza tus logros
De dicha analítica han salido logros y objetivos cumplidos y eso es para estar muy orgulloso de ti mismo. Subráyalo en tu memoria y recuérdalo de vez en cuando.
6. Compárate contigo mismo
Está bien tener ídolos a los que admirar y que te sirvan de inspiración, pero no te debes comparar con ellos.
Cuando esta idea te ronde en la cabeza, observa tus analíticas y tu progreso, porque con el único con quien te tienes que comparar es contigo mismo.
En definitiva, si te has sentido identificado con todo esto, te recomendamos que busques a un psicólogo que te ayude a deshacerte de la inseguridad, de la culpa y del miedo y así poder desarrollar todo tu potencial y a empezar a disfrutar de tus éxitos.
Desde Atlas Psicólogos estamos a tu disposición para ayudarte en lo que necesites. No esperes más y visítanos.