¿Qué es la responsabilidad afectiva? ¿Cómo se puede trabajar?

 En Emociones, Relación de pareja

Cuando establecemos relaciones interpersonales íntimas se producen vínculos emocionales que suponen satisfacciones y apegos, pero también dilemas y conflictos. La responsabilidad afectiva es una forma de comportamiento que reside alrededor de los conceptos de respeto, equilibrio y cuidado mutuo, ofreciendo herramientas que eviten los comportamientos tóxicos y refuerzan los vínculos afectivos sanos.

¿Qué es la responsabilidad afectiva?

El concepto de responsabilidad afectiva se origina durante la década de los años 80, vinculado a las relaciones poliamorosas. La responsabilidad afectiva pone énfasis en los cuidados y en atender emocionalmente a las necesidades en la pareja, teniendo en cuenta que en las relaciones poliamorosas no hay reglas preestablecidas que cumplir.

Esto no quiere decir que en las relaciones monógamas no tenga que haber responsabilidad afectiva. Al contrario, esta debe aplicarse a cualquier tipo de relación. A fin de cuentas, no queremos herir a quien queremos.

Nuestras conductas, creencias y valores pueden tener un impacto en nuestras relaciones afectivas. Por lo tanto, debes aprender a recoger y a acompañar las heridas que pueden haberse provocado en la relación. Se trata de una manera de ser y estar con nuestros vínculos. Tener responsabilidad afectiva es respetarse y cuidarse a uno mismo y a la otra persona en las relaciones.

¿Cómo trabajar la responsabilidad afectiva?

La responsabilidad afectiva no es un rasgo de la personalidad, sino una manera de comportarse y, como tal, puede aprenderse y desarrollarse. Ser responsable desde el punto de vista afectivo supone asistir a nuestra inteligencia emocional de cara a manejar tanto nuestras emociones cómo empatizar con las del otro a través de las distintas acciones y actitudes. 

1.   Comunicación sincera y honesta

El amor no es una batalla emocional entre dos personas. Al contrario, debe ser el cuidado mutuo para la búsqueda de la armonía. Y esta solamente se consigue a través de una comunicación honesta y siempre bidireccional.

Se trata de evitar los engaños y los peligrosos juegos emocionales que, en ocasiones, envenenan una relación hasta transformarla en tóxica.

Si quieres saber cómo conseguir una comunicación sincera en pareja, no te pierdas el artículo “Claves para mejorar la comunicación en pareja”.  

2.   Evita sufrimientos innecesarios

Es evidente que cuando empieza una relación no siempre están claras las intenciones ni las expectativas.

A veces los sentimientos cambian, aumentando o disminuyendo el amor y el cariño a medida que las dos personas se conocen. Cuando estos sentimientos divergen de manera considerable, es fundamental intervenir antes de que una de las dos personas se sienta engañada. Aunque duela, hay que ser claros antes de que sea tarde y el dolor sea aún mayor.

3.   Traza límites

En este aspecto, y si las dos personas están de acuerdo, una buena forma de establecer una relación sana y honesta es poner límites en la misma. Y, por supuesto, luego no rebasarlos porque estaríamos rompiendo el acuerdo. Llegado a un punto, no debes ocultar la realidad ni engañar a la otra persona.

Si estás interesado en conocer cómo establecer una relación sana, esta entrada del blog es perfecta para ti: “Cómo tener una relación de pareja sana: 6 maneras de adoptarlo”.

4.   Válida al otro

Uno de los aspectos que refuerza de manera decisiva la responsabilidad afectiva es la validación recíproca de los sentimientos. Ninguna persona es más importante que la otra en una relación. Por lo tanto, sus emociones tampoco deben ser más relevantes.

Validar las emociones del otro supone encontrar el equilibrio que garantice una relación íntima sana.

5.   Asume el conflicto

Ser responsable afectivamente supone también asumir que en una relación no todo va a ser pasión y romance. Asumir con tranquilidad el conflicto inherente a cualquier relación es el único camino para comprometerse en la consolidación de la misma. Por el contrario, huir ante la primera pelea impide una interacción y un conocimiento profundo de otras realidades al margen de la nuestra, conduciendo al aislamiento emocional.

Sin embargo, tampoco es recomendable afrontar una relación íntima a la defensiva temerosos ante el surgimiento del primer conflicto.

Esperamos que este artículo te haya ayudado para conocer más sobre la responsabilidad afectiva. Si necesitas ayuda o tienes alguna duda, contacta con nosotros. Desde Atlas Psicólogos te ayudamos en lo que necesites. Si estás interesado en conocer y aprender varios ejercicios para mejorar tu relación de pareja, pincha aquí.

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