Recuerdos falsos ¿Qué son?
Nuestra memoria es concebida como un archivo interminable, muchas veces fotográfico, al que podemos acceder cada vez que así lo decidamos. Sin embargo, tenemos la convicción de que todo lo que allí se encuentra es real, pero ¿estás seguro que lo es, y no es más que un invento de tu propia psiquis para engañarte? Ten cuidado con lo que crees recordar.
¿Qué es la memoria?
Pocos sabemos por definición ¿qué es la memoria? Así que en palabras cortas podemos entenderla como una función del cerebro para codificar, almacenar y recuperar hechos, situaciones, sensaciones, pensamientos y comportamientos recientes y pasados.
La memoria se clasifica en: corto, mediano y largo plazo. Y depende en gran medida del reforzamiento de los canales neuronales utilizados para almacenar la información, por eso mientras más importante o reforzado sea la información esta permanecerá por más tiempo en nuestros archivos.
Recuerdos Falsos
Muchos dirían que un recuerdo falso no es más que una mentira por parte de quién lo “recuerda y cuenta”, pero basta decir con que no es así, y para demostrártelo en la práctica haremos el ejercicio de “recordar” donde dejaste las llaves antes de perderlas.
Debes estar asegurando que recuerdas haberlas dejado en esa cesta de la entrada cuando llegaste de la calle, y resulta que aparecen tiradas en la mesa del comedor. ¿Te considerarías un mentiroso? No verdad.
Para explicar esto de una forma más científica debes saber que las zonas cerebrales involucradas en la activación neuronal para recordar son las mismas que se activan al imaginar, por lo que los recuerdos pueden ser “manipulables”. Otra explicación que puede ser dada a este fenómeno es que una vez que existen situaciones traumáticas, la persona pasa por situaciones disociativas como forma de protección, ya que recordar todo exactamente como sucedió generaría mucho dolor emocional e incuso físico, y más si dentro de este “trauma” está involucrado un ser querido que pudiera ser el causante del daño que se ha vivido.
Las memorias almacenadas son suceptibles en el tiempo, tanto como un jarrón de cristal se ensucia de polvo si lo pones a la intemperie, o si lo tropiezan y se daña una parte de él. Debemos estar conscientes de que la interpretación de los hechos, el transcurrir del tiempo y la información que recibimos luego del suceso influye en lo que queremos recordar, y en lo que originalmente archivamos en nuestra memoria, pudiendo así originarse un recuerdo falso, o una versión personal de lo que es o fue la realidad.
Lo realmente importante de todo esto es que hay que dejar en claro que los recuerdos falsos no se constituyen como un síndrome o trastorno psicológico, y por ende no aparecen en el manual de clasificación de trastornos mentales emitido por la Asociación Americana de Psicología, ente rector mundial de estas enfermedades. Solo se reconocen como un error de la evocación de la memoria, y se toma en cuenta como un síntoma para determinar otras patologías.
De cualquier modo, ya sabes, quizás no sean mentiras lo que te dicen, quizás solo sean recuerdos falsos…