La personalidad: ¿puede cambiarse?

 En Emociones

Formación de la personalidad

La personalidad está compuesta por dos elementos en constante interacción: la genética y el ambiente. La genética es toda aquella información almacenada en el código genético, y el ambiente son las diferentes situaciones que podemos experimentar.

Estos elementos no trabajan de forma aislada, sino que funcionan conjuntamente desde que existe la vida. A pesar de que existe una gran cantidad de información almacenada en nuestros genes (proporcionada por nuestros padres), nuestras características finales se expresan por la influencia de ambientes muy concretos.

Por ejemplo, una planta puede estar diseñada genéticamente para convertirse en una enorme palmera, pero si se desarrolla en una maceta su crecimiento será menor, ya que tiene un límite espacial que frena su potencial. Igualmente, si se crea un ambiente favorable, proporcionando un terreno y una humedad adecuada la palmera podrá llegar a ser una gran palmera.personalidad

Por tanto, la personalidad se origina desde el mismo momento que existimos, y si bien nuestras primeras experiencias pueden determinar de un modo significativo nuestro modo de ser, pensar o sentir, la personalidad no es totalmente rígida, sino que puede modificarse al cambiarse las condiciones ambientales.

Ventajas de nuestra personalidad

No debemos olvidar que somos animales, y como tales estamos inmersos en una lucha por la supervivencia, por lo que es normal que hagamos todo lo posible por conseguir este preciado objetivo. Por tanto, nuestro cuerpo y nuestra mente, consciente o inconscientemente, están orientados a sobrevivir, a hacer lo que más nos conviene.

Siguiendo este principio, es lógico concluir que tu personalidad tiene sentido, o al menos lo tuvo en una situación y en un momento concreto. Es decir, existió o existe un contexto en el que tu modo de actuar, sentir o pensar ha sido o es beneficiosa

Inconvenientes de nuestra personalidad

Aunque nuestra personalidad pueda ser útil para resolver una situación, también puede ser un obstáculo para resolver otras situaciones diferentes.

Por ejemplo, una persona puede haber desarrollado una gran perseverancia ante situaciones que requerían que entregase toda su energía, y por tanto utilizar este recurso para todos o casi todos los problemas a los que se enfrente. El problema está en que no todos los obstáculos se superan del mismo modo, y esa perseverancia puede ser inútil cuando no hay nada que hacer. Por mucho que nos moleste la lluvia no podemos detenerla.

Una nueva personalidad

Ante esta panorámica uno puede pensar que cualquier rasgo que desarrollemos implica necesariamente la pérdida de otro, sin embargo no es del todo cierto. Puede que hayas aprendido a ser perseverante en muchas situaciones, pero también puedes aprender que para otras situaciones la perseverancia añade nuevos problemas, por lo que la paciencia es más adecuada. La clave está en desarrollar una personalidad flexible.

Estos nuevos aprendizajes se pueden desarrollar gracias a la plasticidad neuronal, es decir a la capacidad de nuestras neuronas de establecer conexiones continuamente, y por tanto para aprender nuevos modos de situarse ante la vida.

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