6 consejos de psicólogos para padres primerizos

 En Emociones

El Día del Padre está al caer.

Debido a esto hemos considerado conveniente hablar sobre una de las criaturas más vulnerables de la naturaleza. Seres que duermen poco, están llenos de inseguridades y que tienen mucho que aprender en esta nueva vida que tienen delante.

Efectivamente, estamos hablando de un padre primerizo.

En Atlas Psicólogos Tres Cantos sabemos que la paternidad es un abismo que sobrecoge al mirarlo. Es una carrera de por vida en la que dejamos de preocuparnos tanto por nosotros mismos para atender a nuestros hijos.

Por eso mismo, esperamos que nuestros 6 consejos para padres primerizos sirva, al menos, para dar unas indicaciones que les permita ver más allá y contemplar mejor el milagro y la aventura de ser padre.

Consejos y recomendaciones para padres primerizos

Si estáis buscando «cómo cambiar un pañal», «qué hacer para curar un cólico» o «temperatura ideal de la leche para bebés», este no es vuestro artículo, papás.

Hoy queremos centrarnos en los padres, más que en los hijos. Con esta premisa, vamos a dar ya nuestro primer consejo para padres primerizos.

1. Date el tiempo que te mereces

Está claro: tener hijos es disponer de menos tiempo para disfrutar de uno mismo. Actividades como ir al cine, al gimnasio, leer tranquilamente, etc. se diluyen en un mar de responsabilidades.

Por eso mismo, en estos casos más que nunca es cuando necesitamos una vía de escape, algo que nos permita evadirnos un poco y descargar las partes malas de la paternidad. Elige una hora al día, o un rato los sábados, para realizar una actividad que te gustaba pero dejaste de hacer por tener un hijo.

Por supuesto, esto también es aplicable para con tu pareja. En caso de que un hijo os robe tiempo a los dos (que lo hará), os recomendamos daros un fin de semana o una noche solo para vosotros.

2. Un hijo puede minar la integridad de una pareja

Si nos fiáramos de todo lo que sale en las películas, la mayoría de los hijos serían fruto de infidelidades, desavenencias adolescentes o cosas así.

Sin embargo, en la inmensa mayoría de los casos (al menos en España), los hijos son fruto del amor, consenso y estabilidad de una pareja. En definitiva, de una pareja sólida y a la que le va bien.

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A pesar de esto, un hijo suele ser un reto a las parejas, ya que rompe el statu quo de una sin hijos. Cambia radicalmente la vida de las personas; por muy bien que vaya su relación.

Hay tres momentos clave en la edad temprana de un niño donde los padres deben pasar «pruebas» como pareja:

  • El primero de ellos, durante la gestación. Durante el embarazo, se producen cambios hormonales en la mamá, lo que provoca que los sentimientos estén a flor de piel. También, temas como la elección de nombre, comprar muebles de bebé… pueden minar la confianza entre parejas.
  • El segundo, en el momento del nacimiento. Aquí empieza el cambio de ser «hijo» a ser «padre», también fuerte para los papás. Un nuevo ritmo de vida, nuevas atenciones…
  • El tercero, a los 3-4 años del niño. En este momento, el niño gana mucha autonomía en gran cantidad de procesos. Ir al baño, andar, hablar… son cosas que hacen que los padres ganen tiempo… ¡y no saben en qué gastarlo! Esta etapa puede fragmentar una relación, haciendo pensar a la pareja que solo siguen juntos por inercia y monotonía.

Por eso mismo, en las tres fases, el primer consejo es fundamental para atender a las necesidades de las parejas. Porque aunque ahora sois tres, habiendo sido dos pudisteis seguir adelante y dar sentido a una vida nueva.

3. Todos los padres fueron primerizos alguna vez

Una cosa muy habitual en padres primerizos es pensar «¿Seré un mal padre? ¡Si no sé!».

La mayoría de los progenitores piensan que son los peores padres del mundo cuando crían a su primer hijo. Se preocupan por todo, tienen demasiadas dudas, las inquietudes los rodean…

Lo que no saben es que eso es algo que le sucede a todos los padres. Como se dice a veces, aunque algunos niños vengan con un pan bajo el brazo, ninguno lo hace con un manual de instrucciones.

Que te quede claro: ningún padre primerizo sabe serlo. Al fin y al cabo, no son más que hijos que de buenas a primeras se hacen padres.

Recuerda que no hay padres perfectos, aunque hayan criado a 5 hijos. Siempre habrá alguna carencia educativa, afectiva, etc. Solo has de tener en mente cómo quieres que sea tu hijo de mayor a nivel emocional e interpersonal e intenta plasmar ese ideal.

4. No te compares con otros padres

Normalmente, los padres primerizos suelen compararse con amigos, familiares… ¡e incluso con ellos mismos de pequeños!

Y, como se suele decir, las comparaciones son odiosas.

En las relaciones interpersonales, vemos siempre de puertas para afuera. Por eso mismo, poner la mano en el fuego y reconocer que otros son mejores padres que nosotros puede ser incluso peligroso.

Apreciamos lo que enseñan los demás, pero no lo que ocurre en casa. Sin embargo, nosotros sí pensamos en las actitudes que tenemos para con nuestros hijos dentro y fuera del hogar, por lo que estamos «en desventaja».

Sí, puede que haya padres mejores que otros. Pero el aprendizaje continuo y el deseo de ser el mejor padre para nuestro hijo (que no para que los demás vean nada), debe ser suficiente para educar y cuidar a nuestro bebé correctamente.

5. Somos el primer ejemplo para los hijos

En la infancia, nuestro hijo adquirirá ídolos y ejemplos a seguir. Futbolistas, cantantes, youtubers… es algo sobre lo que tendremos más bien poco control.

Sin embargo, hay que recordar que los padres son el primer espejo donde se mira un niño. El hogar es el primer sitio donde aprende conductas, comportamientos y formas de pensar que van configurando su personalidad. Es decir, debemos «predicar con el ejemplo» y ser lo que queramos que sea nuestro hijo.

Por ejemplo, puede ser más probable que en una pareja de fumadores el hijo vea en fumar como una conducta no negativa, y lo replique más adelante. ¿Que de una pareja de no fumadores puede salir un hijo fumador? Nunca se sabe, pero al menos no traerá la conducta «aprendida de casa».

6. Controla el estrés y la ansiedad

La ansiedad y el estrés pueden surgir en cualquier momento, pero es en las épocas de descontrol de horarios, inquietudes y problemas donde más suelen aparecer, lógicamente.

Por eso mismo, tener un control correcto de los niveles de ansiedad es una medida fundamental para garantizar una correcta salud mental.

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Hacer ejercicio, forzarnos a dormir más, comer sano… son algunas cosas que nos permitirán disfrutar más de nuestro bebé y reducirán las probabilidades de tener ansiedad y estrés.

En cualquier caso, debes saber que siempre puedes contar con el equipo de Atlas Psicólogos Tres Cantos para tratar cualquier problema relacionado con la ansiedad, el estrés o la relación de pareja.

Nuestro equipo de profesionales te atenderá e intentaremos, juntos, dar con una vía que alivie los problemas. Todo para que puedas disfrutar como te mereces de la maravillosa experiencia de la paternidad.

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