El derecho al ocio y el valor de autorrecompensarse en el trabajo
El día a día nos impide ver muchas cosas. Entre ellas, las necesidades de otros (nuestros amigos, nuestra familia) incluso la de nosotros mismos.
En muchas ocasiones, vivimos para trabajar y no tenemos un momento de descanso. Y esto, claro está acaba desgastándonos física y mentalmente.
En Atlas Psicólogos Tres Cantos abogamos siempre por la moderación en el trabajo. Un sobreesfuerzo laboral nos puede llevar a incrementar nuestros niveles de estrés, falta de sueño, etc. Y esto, en ocasiones, puede desembocar en ansidedad o depresión.
Por eso mismo, consideramos importante que exista una justa retribución en forma de recompensa a nuestro trabajo, ya que muchas veces trabajamos más de la cuenta.
El valor de la autorrecompensa
El Artículo 24 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos ya asegura que todas las personas tienen derecho al ocio y a unas vacaciones.
Sin embargo, no todos disfrutamos de esto por motivos personales. Muchas veces se estima difícil la conciliación laboral, por lo que la autorrecompensa se establece como una vía de escape casi que necesaria.
Las autorrecompensas funcionan como motivación para tareas que no sean estimulantes. Si tenemos un trabajo tedioso, tenemos que estudiar unas oposiciones… fijar una recompensa al final del día nos motiva a seguir.
Es lo que se conoce como motivación extrínseca (de algo que no genera satisfacción por sí mismo).
También se usan mucho para construir hábitos, como estudiar más horas, hacer más deporte o fijarnos unas metas en el ámbito laboral.
Un punto interesante y peligroso de la autorrecompensa es que la controlas tú. Esto, por un lado, puede ser muy beneficioso, ya que nos conocemos mejor que nadie y podemos recompensarnos con lo que más nos guste.
Por otro, sin embargo, debemos tener cuidado. Puede que estemos eligiendo una recompensa que revierta por lo que nos hemos esforzado. O, incluso, que sea perjudicial para la salud.
Ahora verás a qué nos referimos.
Cómo pensar en una autorrecompensa efectiva
1. Elige una recompensa proporcional
Imagina que te fijas de recompensa comerte una pizza cuatro quesos tras estar media hora con la bici. ¡Perderás lo invertido!
O que te tomes un par de gominolas tras un mes de durísimo trabajo. No compensa.
Por eso mismo, lo ideal es pensar en lo dura que será la misión, y luego ya establecer una recompensa equitativa.
2. Disfruta al máximo de la recompensa
Si has elegido tomarte un momento para ti (ver una peli, salir con la bici…), disfrútalo todo lo que puedas.
Eso sí, revisa mientras tanto que realizar el esfuerzo que estás haciendo es una recompensa en sí misma. Esta es la mejor forma de seguir con tus propósitos.
3. La comida y el consumo no son buenas recompensas
Una hamburguesa de tres pisos o comprarte un capricho cada semana no son recompensas ideales.
De este modo, solo motivamos que nuestro cuerpo (o nuestra cartera) se encuentre en peor estado.
Distinto es que lo hagamos con una periodicidad muy larga, o que estemos ahorrando para un gran viaje, por ejemplo.
4. Las necesidades NO son recompensas
Descansar, comer, etc. no son buenas recompensas. Son necesidades de nuestro organismo.
Como tal, debemos satisfacerlas todos los días y siempre que las percibamos.
Por eso mismo, eso de marcarnos como recompensa «hoy voy a dormir ocho horazas a pierna suelta» y cosas así no son positivas para nuestro organismo.
Busca premios que sean antojos y placeres, que no se vean como necesarios.
Con frecuencia, el nivel de motivación en el ámbito laboral está influenciado por factores externos. Por ejemplo, tal vez desees recibir una felicitación por tu implicación en un proyecto importante. Sin embargo, tú también puedes darte el reconocimiento o el premio que mereces.
Conviene señalar que la recompensa no está determinada por los éxitos y resultados positivos. Por el contrario, debe poner en valor la implicación, la perseverancia, la dedicación diaria, el esfuerzo, el aprendizaje o el trabajo.
Es decir, la autorrecompensa es un bien muy preciado. Es una iniciativa que nace de tu decisión y, del mismo modo, produce un efecto en tu bienestar. Es un gesto de amabilidad y amor propio que, en consecuencia, realza la autoestima profesional.
La atorrecompensa potencia la autoestima profesional
La posibilidad de disfrutar de un autorregalo en forma de experiencia resulta muy apetecible si se percibe a corto plazo. A pesar de los beneficios que genera, puede llegar a posponerse cuando el estilo de vida está centrado en la productividad, los resultados, la inmediatez y la ocupación.
El tiempo libre es una verdadera necesidad en la etapa adulta (y no solo durante las vacaciones de verano o Navidad). También es fundamental más allá del fin de semana. Es decir, existen pequeños momentos de ocio que enriquecen la perspectiva de aquellos días que están acompañados por exigentes jornadas de trabajo.
Asistir a un recital de poesía, dar un paseo por el barrio, participar en un club de lectura o merendar con un amigo son ejemplos de planes sencillos que adquieren la forma de agradables autorrecompensas. No solo favorecen el descanso físico y mental, sino que aportan un bienestar generalizado. Alimentan la creatividad, el amor propio, la gratitud, el autoconocimiento, la resiliencia, la inteligencia emocional y el optimismo.
Mejoran la gestión del tiempo, puesto que el desarrollo de cada jornada no se reduce a la ocupación profesional. De hecho, cuando disfrutas de tus momentos de ocio, también afrontas la rutina, laboral, con mayor motivación. La ocupación permanente, por su parte, supone una exigencia desproporcionada. En consecuencia, puede llegar a producir diferentes niveles de estrés.
¿Pero cómo autorrecompensarse de una forma realista en la rutina diaria?
En Atlas Psicólogos Tres Cantos te damos las claves:
1. Crea una lista con experiencias personalizadas
La lista de ideas de ocio que hemos compartido en el apartado anterior presenta distintos ejemplos que debes reinterpretar desde tu perspectiva.
Es decir, crea una lista con una selección de propuestas de ocio y tiempo libre que refleje tu gusto personal. ¿Qué experiencias sencillas te gustaría vivir y disfrutar con más frecuencia durante el próximo mes?
2. Anota la recompensa en tu agenda
Como te hemos comentado, es recomendable que no aplaces constantemente esos espacios de tiempo en los que te reencuentras contigo mismo y con el presente.
Así como puedes utilizar tu agenda para anotar las tareas y reuniones de la semana, integra en la planificación de los próximos días esa autorrecompensa que te vas a dar al final de la jornada.
3. Disfruta del premio sin interrupciones tecnológicas
En ocasiones, el empleo de la tecnología hace que sea más difícil desconectar verdaderamente de los asuntos del trabajo. Por este motivo, es recomendable que apagues o silencies tu teléfono cuando disfrutas de un tiempo para ti. De lo contrario, puedes tener interrupciones frecuentes que te impiden centrarte realmente en ese momento. Si recibes llamadas o mensajes, ya te ocuparás de atender después esa información.
Por tanto, la técnica del premio se aplica en diferentes contextos profesionales y académicos. La autorrecompensa para hábitos nuevos también es muy positiva. Se presenta como una consecuencia agradable que está en conexión directa con un proceso.
Por ejemplo, la realización de un proyecto exigente, la preparación de una oposición, el estudio ante un examen o la finalización de una tarea compleja. También puedes darte un pequeño premio tras dar un paso significativo en el cumplimiento de un objetivo a largo plazo.
4. Comprométete con una opción realista
Adapta la idea final a la realidad de tus propias circunstancias personales, familiares y profesionales. Céntrate en aquellos objetivos de ocio y tiempo libre que son realistas a corto plazo. Por ejemplo, tal vez tengas que posponer alguna recompensa para el fin de semana, pero puedas disfrutar de otro capricho en lunes (cuando solo dispones de unos minutos para ti mismo).
Es esencial que te comprometas con tus responsabilidades, pero también con tu autocuidado. Y la experiencia del premio resulta muy gratificante. Por otra parte, también es fundamental que seas flexible para adaptar la idea a la situación presente.