Padeces MOFO y no lo sabes. El pánico a vivir desconectado
La tecnología ha traído muchas cosas buenas a nuestra vida.
Hablar cara a cara con nuestro primo el de Australia, compartir lo que está pasando a nuestro alrededor justo cuando sucede o disponer de todo el conocimiento de la Humanidad a golpe de click.
También ha supuesto un cambio en nuestra forma de relacionarnos, informarnos e incluso encontrar a nuestra media naranja.
Sin embargo, la implicación de las nuevas tecnologías también ha traído consigo cosas negativas, que afectan negativamente a nuestro cerebro.
Y no, no nos referimos a que te quedes en vela hasta las 3 de la mañana para ver el estreno de Juego de Tronos. Eso con un poco de café se arregla.
El problema viene cuando sentimos cierta ansiedad o mono cuando dejamos de estar con el móvil o se nos limita su uso (nos quedamos sin batería, se queda en casa…)
¿Tú también te has sentido inquieto cuando te ha pasado eso? Entonces puedes estar padeciendo FOMO. ¿Que qué es el FOMO? En el blog de nuestro gabinete de psicología en Tres Cantos te lo explicamos.
El FOMO: la afección psicológica de la década
Desde la popularización de los smartphones se viene gestando esta falsa necesidad de estar permanentemente conectados, las 24 horas del día disponibles.
Cuando no estamos con el móvil en la mano, o cuando sabemos que no podemos acceder a él, es cuando se manifiesta lo conocido como FOMO, «Fear of Missing Out«. En román paladino, tener miedo a estar desconectado.
Nuestro móvil es un puerto hacia todo lo que significa Internet: nuestros contactos, las noticias, etc. Sin él, parece que nos sintamos más desamparados que nunca.
Esto genera cierta ansiedad en nuestro organismo, la cual se manifiesta siempre que estemos desconectados. Es una reacción más o menos natural, ya que como seres sociales que somos nos podemos sentir excluidos si no participamos en ciertas conversaciones.
El no hacerlo cuando estamos de barbacoa es una cosa puntual. Sin embargo, la tecnología nos permite estar en un coloquio permanente y actualizable al instante.
Qué hacer ante el FOMO
Poco se puede hacer salvo concienciarnos a nosotros mismos de que se puede vivir sin llevar todo el día el teléfono en la mano. De hecho, es bastante más saludable para nuestra cabeza.
Sí es cierto que puede que la conversación se haya trasladado a un entorno digital, o que los ritmos de producción de información hayan pasado a mantener una velocidad increíble.
Sin embargo, aunque no lo parezca, la mayoría de las cosas que pasan no son importantes. Muchas conversaciones que se producen en tu WhatApp son intrascendentes, y normalmente las noticias que lees en Facebook puedes verlas en la tele unas horas después sin que haya cambiado tu vida.
Por eso mismo, te recomendamos que cada X tiempo te bajes del tren de la generación de la sobreinformación y la tecnología y te desintoxiques del mundo online.
Una escapada al campo, una cena con amigos (sin usar los móviles, claro) o simplemente bajar al parque y sentarte en el parque a ver las nubes. Algunas actividades como estas te permiten desconectar, tomar oxígeno y considerar que lo realmente importante no siempre está dentro de una pantalla.