Soy demasiado intransigente: cómo abrir mi mente a otras posibilidades
“Nunca da su brazo a torcer”, “siempre piensa que tiene la razón”, “no acepta otras opiniones ni otros puntos de vista”… ¿Te suenan estas expresiones? ¿Te las han dicho alguna vez?
Desde Atlas Psicólogos te mostramos en este artículo cómo abrir tu mente a otras posibilidades si eres demasiado intransigente.
6 pasos para abrir tu mente a otras posibilidades
A pesar de que la apertura mental es un rasgo de la personalidad de cada uno, esta es susceptible de ser ejercitada y mejorada, aportándote así varios beneficios tanto a nivel personal como social y profesional.
A continuación te mostramos una serie de técnicas y métodos que pueden ayudarte a desarrollar tu apertura mental.
1. Practicar la escucha
Escuchar a otras personas te proporciona una gran cantidad de información acerca de lo que te rodea y lo más importante, te provee de otros puntos de vista sobre la vida que te pueden aportar otra perspectiva de ciertos aspectos de nuestro mundo.
Sin embargo, escuchar no significa oír. Esta escucha ha de ser activa, eliminando nuestros prejuicios y permitiendo que las otras personas expresen sus opiniones. Siempre desde el respeto por parte de ambos lados.
2. Cuestionar las cosas y a nosotros mismos
Esto incluye tanto aquello que te rodea como tus propias creencias. Mantener una postura crítica contigo misma y con aquello que te rodea es imprescindible para desarrollar la apertura mental, ya que esta no implica que tengas que aceptar ciegamente o creer todo aquello que te rodea.
Las personas tendemos a asumir como cierto aquello que nos transmiten los medios o la sociedad, así como a no cuestionarnos aquello en lo que hemos creído siempre.
No obstante, para desarrollar y mantener una mente abierta es necesario que, de vez en cuando, reflexionemos y cuestionemos nuestras propias decisiones, creencias y costumbres, así como la información que nos llega de otros medios.
3. Salir de la zona de confort
Normalmente, las personas tendemos a permanecer en aquellos lugares o situaciones en los que nos sentimos seguros, en los que no existen los riesgos y en los que los imprevistos aparecen en el menor número de ocasiones posibles.
De esta forma, la persona mantiene una rutina sin contingencias o sobresaltos, pero también sin alicientes ni motivaciones, y con el riesgo de desarrollar una dependencia a aquello que nos aporta esta seguridad.
Esto se conoce como “zona de confort” y aunque en cierto grado es positiva, no debes acomodarte en ella. Una buena forma de salir de tu zona de confort es ir realizando pequeños cambios y acciones que te ayuden a salir poco a poco de ella.
Estos pequeños cambios darán pie a otros más grandes y poco a poco te acostumbrarás a vivir nuevas experiencias que te ayudarán a desarrollar otras perspectivas de todo aquello que te rodea y a expandir la visión de tu realidad.
4. No tener miedo a ser diferente
Asumir como propios los hábitos y comportamientos que nos impone la sociedad, no nos ayudará a desarrollar una apertura mental.
Para deshacernos de ellos, el primer paso es eliminar el miedo a ser distintos al resto, así como quitar importancia a aquello que el resto de personas pueda pensar de nosotros.
5. No temer a las equivocaciones
En el mismo momento en el que decides salir de tu zona de confort y abrir tu mente a otras creencias o experiencias vitales, debes aceptar que es posible que te equivoques en muchos momentos de tu vida.
Sin embargo, esto no puede suponer una barrera a la hora de mejorar tu bienestar. Equivocarte te concede la oportunidad de aprender de tus errores, y estas lecciones te ayudarán a desarrollarte y a crecer como una persona más completa.
Por lo tanto, es necesario deshacerte del miedo a equivocarte, puesto que es imposible desarrollar una mente abierta si el miedo te condiciona tanto para pensar como para actuar.
Esperamos que este artículo te haya servido para saber cómo empezar a abrir tu mente. Desde Atlas Psicólogos estamos a tu disposición para ayudarte en todo lo que necesites. ¡Contáctanos!