Cómo afrontar las heridas emocionales desde una perspectiva psicológica
Una herida emocional es una huella que perdura en el tiempo. Es la expresión de un sufrimiento que se intensifica cuando el afectado recuerda la situación que causó un impacto en su existencia.
Un sufrimiento que también puede manifestarse cuando un suceso reciente recuerda a lo ocurrido en aquel entonces. En definitiva, la cicatriz no está verdaderamente cerrada.
¿Qué es una herida emocional?
Una herida emocional puede tener la forma de un desamor, un fracaso, una vivencia desagradable, una pérdida personal o un conflicto sin resolver. El origen del sufrimiento, en ocasiones, se sitúa en los primeros años de vida. Así ocurre con aquellas heridas de la infancia o de la adolescencia que perduran en la etapa adulta. Y, entonces, el pasado interfiere en el presente hasta el punto de que puede llegar a condicionar decisiones recientes.
La herida emocional remite, por una parte, a un hecho que provocó consecuencias negativas. Pero, especialmente, se manifiesta a través de la vivencia personal. Las consecuencias de lo ocurrido siguen presentes en el mundo interior del protagonista.
Cómo curar heridas emocionales
¿Cómo superar el dolor que provocan y avanzar en el proyecto vital? En Atlas Psicólogos Tres Cantos te damos siete consejos de ayuda.
1. La aceptación de la realidad es clave para comprender el pasado
Pero, especialmente, es importante que tomes conciencia de cómo el ayer sigue condicionando tu realidad actual. Decide implicarte para curar y cerrar definitivamente aquel capítulo. Con frecuencia, es necesario pedir ayuda psicológica.
2. Habla con amor, respeto y cariño a tu niño interior
Habitualmente, es la parte de uno mismo que queda dañada cuando se produce un acontecimiento doloroso. Acepta todas las emociones que experimentamos como consecuencia de lo ocurrido. Valida lo que sientes sin juzgar la naturaleza de una emoción incómoda.
3. Encuentra un espacio de seguridad para expresar tus sentimientos
Por ejemplo, utiliza la escritura creativa y autobiográfica. Escribe un diario personal. ¿Pintar y dibujar forman parte de tus pasatiempos preferidos? Entonces, puedes representar visualmente aquello que sientes a través de formas y colores. El buen cine, aquel que inspira mensajes de superación, también puede producir un efecto positivo en el ánimo.
La conversación sincera con un amigo verdadero aporta consuelo y compañía. Y, por otra parte, el espacio terapéutico de la consulta psicológica proporciona la seguridad deseada para hablar de uno mismo.
4. Fortalece tu autoestima
La herida es la expresión de una situación que no quieres que vuelva a repetirse. Sin embargo, la existencia es más que ese hecho específico. Observa la belleza de tu vida desde un punto de vista holístico.
Mima tu autoestima y tu bienestar por medio de acciones que sean un reflejo del autocuidado diario. Es importante evitar las corazas que producen una falsa sensación de protección. Posponer algunos objetivos por miedo a volver a ser herido puede intensificar el alcance del dolor.
5. Resiliencia
No es posible modificar lo ocurrido y, sin embargo, sí existe la alternativa de responder de un modo diferente. La resiliencia personal está alineada con la capacidad de buscar y encontrar nuevos motivos para la alegría cotidiana. No se trata de negar lo vivido o de minimizar su impacto. Es necesario hacer un proceso de duelo para sanar las heridas. Y, de este modo, es posible recordar lo ocurrido sin volver a sentir que el ayer se hace presente.
6. Escucha las emociones
No tapes esa información con la distracción de la ocupación constante. El autoconocimiento puede darte las claves para avanzar en la dirección deseada. En definitiva, hazte preguntas que tengan un enfoque que te ayude a conectar con el presente. Es decir, no te detengas en interrogantes sin respuesta que refuerzan la sensación de estancamiento. Existe una cuestión que te lleva de forma directa al pasado: «¿Por qué me tuvo que suceder esto a mí si no me lo merezco?».
7. Tómate el tiempo necesario para perdonar
A través del perdón te liberas del rencor, la decepción constante, el enfado o la culpa.
Por tanto, si te preguntas cómo curar heridas emocionales, ten en cuenta que cada proceso de superación es único, íntimo y personal.