Los 5 fallos que todos cometemos al superar una ruptura, y su solución
No hay duda de que superar una ruptura amorosa es algo que no resulta fácil para ninguno de los miembros de la pareja. Y es que, entre otras cosas, las relaciones saludables son una de las cosas que mayor satisfacción y felicidad nos proporcionan.
Esto es uno de los principales motivos de que cuando acaban terminen siendo lo opuesto: una cosa que nos ocasiona un gran malestar psicológico que disminuye nuestra satisfacción vital.
Por supuesto, nadie es perfecto, y también es común que cometamos ciertos errores (que hasta se parecen mucho en la gran mayoría de casos) cuando nos toca afrontar una ruptura.
Afortunadamente, habitualmente es cuestión de seguir ciertas pautas y tomarse muy en serio eso de un día a la vez para comprobar que todo se va apaciguando y que poco a poco vamos superando lo que al principio nos parecía una gran y eterna tragedia.
Regodearse en el sentimiento de soledad e inseguridad
Una reacción habitual es dejar que toda nuestra atención y energía se centre en encontrar un culpable de lo que ha sucedido. Sin embargo, debes tener en cuenta que (salvo situaciones extremas) es una relación que fue construida por dos, por lo más saludable es repartir las culpas, los reproches y las responsabilidades entre ambos.
Es más, reflexionar acerca de tus conductas puede ser algo beneficioso para ti, ya que es una excelente manera de aprender de los errores. Eso sí, centrándose en que esto no es más que una reflexión para seguir adelante con más fuerza.
Precipitarse
Puede que, en un principio, tengas la tentación de apuntarte en montones de cosas para tener la mente ocupada, o que haya personas de tu entorno que te sugieran que lo hagas.
Si bien es cierto que es muy saludable introducir en tu vida cosas nuevas y positivas, tampoco conviene excederse o pretender tener todo el día ocupado solo para no pensar.
Además, ir desechando actividades que acabas de empezar porque en realidad no te motivaban tanto tampoco es lo ideal para sentirte mejor.
Por otro lado, también puede pasar que no tengas ganas de nada. Evidentemente, ninguno de los dos extremos es bueno. Simplemente se trata de esperar el momento adecuado para ir incorporando distintas rutinas a tu vida. Este, por supuesto, será cuando estés realmente preparado y con ganas.
Dejar que gane la desmotivación
En los casos de mayor intensidad, puede que el proceso personal que desencadena una ruptura amorosa venga acompañado de dolorosos pensamientos recurrentes acerca de lo sucedido.
En ese caso, es necesario centrarnos en que, por muchos sentimientos negativos que tengamos en esos momentos, no es más que una fase que no podemos dejar que se prolongue durante mucho tiempo.
Es preciso recuperar totalmente tu bienestar, adaptándote a esa nueva situación personal, así que no dudes en pedir ayuda profesional si te sientes estancado.
Sentirse menospreciado o abandonado
Es lógico que tras una ruptura irrumpan sentimientos de inseguridad y soledad que hagan que nos sintamos abandonados, ya que, entre otras cosas, estamos alejándonos de una persona que era uno de nuestros principales apoyos.
También es frecuente pensar que nos vamos a quedar así siempre o que no vamos a ser lo suficientemente buenos para nadie.
Para salir de ese bucle tan negativo, algo que da muy buenos resultados es centrarse en los aspectos positivos de uno mismo. Tómatelo como un momento para redefinirte y reflexionar qué quieres hacer más adelante. Eso puede ser realmente motivador y un gran generador de ilusiones y proyectos.
Seguir insistiendo
Cuando se está transitando por una ruptura, lo mejor es que entre tu pareja y tú haya espacio y tiempo para que podáis reflexionar sobre lo que ha pasado por vuestra cuenta, así como para aprender a estar uno sin el otro.
Para cerrar ese ciclo convenientemente, no caigas en la trampa de las redes sociales en las que se puede ver que está haciendo la otra persona, si está saliendo con alguien más y otras muchas cosas.
Esto no quiere decir que no tengáis que veros nunca más. Simplemente, es conveniente no verse ni saber nada el uno del otro durante (al menos) un tiempo prudente, hasta que se sanen las heridas o no haya riesgo de caer en reproches y discusiones.
Como habrás visto, los errores que casi todos cometemos cuando pasamos por el duelo de una ruptura amorosa pueden irse solucionando siguiendo ciertas pautas y dejando que el tiempo ponga todo en su sitio. Incluso pueden servirte para crecer como persona.
No obstante, existe la posibilidad de que, dependiendo de tu caso y de lo que te esté costando avanzar, necesites recurrir a profesionales de la salud mental. Aquí estaremos encantados de ayudarte para encontrar la mejor solución que te permita superar totalmente ese duelo.