Los 5 consejos psicológicos para tu propósito de Año Nuevo
Tras los excesos de Fin de Año, llegan las promesas para el Año Nuevo. En la mayoría de los casos, los propósitos de Año Nuevo son promesas que nos hacemos a nosotros mismos para dejar de lado malos hábitos y corregirlos.
¿Crees casual que el día 1 de enero no haya nada más que anuncios de parches de nicotina o de adelgazantes en la tele? Todos sabemos que corregir hábitos es duro y difícil, pero la mayoría de nosotros siempre tenemos un plan para mejorar de un año para otro.
En el artículo de hoy, desde Atlas Psicólogos Tres Cantos queremos transmitiros 5 consejos psicológicos para que puedas cumplir, de una vez por todas, tu propósito de Año Nuevo.
Cómo cumplir tu propósito de Año Nuevo, según la Psicología
1. Insistir, insistir e insistir
¿Ya lo hemos dicho bastante?
Ser constante y mirar siempre los objetivos son dos secretos fundamentales para cumplir tu propósito de Año Nuevo. Es duro, y ese cigarrito de más o ese suculento dulce están siempre ahí.
¿Y si caemos en la tentación? Aquí la actitud tiene mucho que decir. El psicólogo Richard Wiseman, de la Universidad de Hertfordshire, hizo un estudio en relación a esto.
Extrajo como conclusión que aquellas personas con una actitud más positiva al cambio cumplían sus propósitos en más ocasiones que los más fatalistas.
Es decir, que si en la boda de tu primo caes en la tentación y te fumas un cigarro, no lo tomes como «jamás dejaré de fumar» sino con una actitud mucho más positiva, a largo plazo.
2. Plantéate objetivos alcanzables y medibles
De poco sirve decirte «en febrero podré correr esa maratón» si en enero no sabes ni atarte las zapatillas de correr. Intenta marcarte un objetivo que puedas cumplir a un plazo razonable.
La clave aquí está en no ser demasiado optimista ni muy cenizo. Aquellos propósitos de Año Nuevo muy ligeros al final tampoco se acaban de cumplir «¡total, para qué» pensarás.
3. Busca redes de ayuda
A día de hoy podrás encontrar foros, grupos de Telegram, etc. de prácticamente cualquier cosa. Incluyendo, claro está, los propósitos que te marques en Año Nuevo.
Ni que decir tiene que hacer las cosas en grupo o comunicar tus avances ayudará a los demás y viceversa. No subestimes esto y haz una búsqueda de personas que están como tú, así podréis apoyaros y aconsejaros mutuamente.
4. Lleva al día un registro del cambio
Con esto se logran dos cosas: 1) conocer qué has estado haciendo y 2) ver el histórico de cambios en ti.
Esto es muy visible con el ejemplo de alguien que se prepara para una carrera. Hoy correrá medio kilómetro, la semana que viene uno entero, a los dos meses ya aguantará 10…
Además de esto, puede servir para programar las tareas y así dividir los esfuerzos, marcar hitos y, por qué no, darte recompensas.
5. ¿Qué disparadores tienen la acción que quieres cambiar?
En psicología hay un término denominado «disparador». Es decir, un elemento (una acción, un objeto) que provoca que realicemos tal o cual conducta.
Un ejemplo para que lo visualices: hay quien dice «yo solo fumo cuando salgo de fiesta». Si la intención de esa persona es dejar de fumar, con salir de fiesta le bastaría para frenar el hábito.
Lo mismo sucede con temas alimenticios, de salud… es decir, la clave está en no caer en la tentación por no verla.
En este punto, queremos resaltar la importancia de conocernos a nosotros mismos y nuestra conducta para determinar esos disparadores.