¿Cómo gestionar situaciones de chantaje emocional?

 En Emociones

Todos hemos vivido en algún momento de nuestra vida situaciones con familia, amigos o pareja donde los comentarios han ido directos hacia nuestra culpabilidad. Es muy difícil gestionar frases como “Sí, yo siempre soy el problema”, “si tanto me quieres, …”, entre otras.

Ante este tipo de situaciones ¿Qué es lo mejor que puedes hacer? Te lo explicamos en Atlas Psicólogos.

 

Chantaje emocional: qué es y cómo afrontarlo

El chantaje emocional se podría definir como el acto de control más o menos sutil de una persona a otra hecho en forma de violencia psicológica. Normalmente, quien ejerce este tipo de violencia emocional es un ser querido, como una madre, un hermano, la novia, el marido o incluso amigos de confianza. 

Este perfil de chantajista emocional se suele servir de diferentes estrategias para conseguir controlar el comportamiento de su víctima. No permite elegir una opción que beneficie a los dos porque si no le hace caso, habrá consecuencias.

Dentro de este perfil se engloban las conductas como: Amenazas, intimidación, hacerse la víctima o criticar duramente a la persona a la cual trata de manipular. Estas técnicas son fácilmente detectables cuando sabes verlas.

 

¿Cómo detectar al chantajista emocional?

Ya no solo son unas conductas aisladas, se trata de un sistema regular y habitual cada vez que se trata de tomar una decisión que le afecte. De esta forma, las consecuencias de un chantajista emocional sobre tu comportamiento pueden llegar a causar estragos en tu forma de pensar.

1) Insistencia

Normalmente consiguen lo que quieren porque se valen de la pesadez hasta el punto en el que nos cansamos y en esa flaqueza cedemos a sus deseos.

Si no obedecemos lo que nos dice son varias las respuestas emocionales que puede manifestar, aunque la mayoría serán de decepción y enfado.

 

2) Amenaza

Aunque no siempre son amenazas directas, todo chantajista emocional advierte con que van a darse consecuencias negativas si no le obedecemos. Pueden exagerar las consecuencias de una decisión exagerada, amenazando con todo el dolor y sufrimiento que sentirá o que nosotros mismos también viviremos. 

 

3) Conoce nuestros puntos débiles

Como hemos dicho antes, los chantajistas emocionales tienen ese toque de cercanía intrínseco a su definición porque se valen de su vínculo afectivo para conseguir lo que quieren. conoce los puntos débiles de su víctima y mete el dedo en la llaga. No es empático, pero desde luego sabe usar muy bien nuestras emociones, usándolas en su propio beneficio y tratando de manipularnos. Y lo peor, con todo esto consiguen hacernos sentir culpables.

 

¿Cómo afrontar un chantaje emocional?

Cuando entramos en un círculo de chantaje emocional nos va a costar mucho salir de él, pero no debemos rendirnos porque sí se puede. Para ello necesitas tener las cosas claras y la mente muy fría. Hay que saber priorizar en nuestros derechos frente a los caprichos insistentes de la persona que tenemos al lado.

Tener en mente una lista de prioridades y analizar con perspectiva que nada de lo que nos planteamos hace mal a nadie también es un punto fundamental.

Debemos evitar culparnos, puesto que es el arma principal del manipulador. El chantajista emocional hace que sintamos culpa para explotar nuestras debilidades y conseguir lo que quiere. 

Y, especialmente, demostrar que no le tenemos miedo, ni a esa persona, ni a las posibles consecuencias, y que, si tiene que pasar algo, siempre y cuando no sea terriblemente grave, que suceda y ya.

 

Eso sí, si llega el punto en el que la situación no puedas controlarla por ti mismo, acude siempre a un especialista.

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