Aislamiento social en adolescentes, cómo evitar que tu hijo se encierre en su habitación
Todos sabemos que la adolescencia es una de las etapas más complicadas de la vida. Y no solo para el adolescente, con sus cambios hormonales, psicológicos y emocionales.
Sino también para sus padres que, de pronto, tienen que enfrentarse a todos esos cambios y modificar su percepción sobre su hijo. El adolescente ya no es un niño, pero tampoco es un adulto. ¿Cómo se debe tratar con ellos entonces?
Uno de los rasgos más característicos de esta etapa es el aislamiento social, especialmente en relación con la familia. Los adolescentes se embarcan en una búsqueda de su propia identidad, desapegándose y diferenciándose psicológicamente de sus padres.
Por ello, comienzan a establecer límites y crean un distanciamiento espacial entre ellos y los demás. El resultado es que no salen de su habitación. Pero ¿es esto un problema? ¿Qué pueden hacer los padres?
¿Por qué los adolescentes se encierran en su habitación?
Los adolescentes comienzan a necesitar un espacio propio en el que desarrollar su personalidad, experimentar y vivir sus emociones y crisis, y expresarse con libertad. Así, en una casa que no es suya y bajo unas normas que ellos no han establecido, su habitación se convierte en ese espacio íntimo y seguro. Su cuarto es sinónimo de libertad.
Los padres suelen pensar que “hacen cosas malas» o que “ya no quieren estar con ellos», pero no tiene por qué ser así. El recelo que los adolescentes muestran está asociado a esa búsqueda de independencia emocional. Este aislamiento en la adolescencia tiene varios motivos:
Necesidad de intimidad
Comienzan a surgir las actitudes adultas de pudor, reserva, y protección de la propia intimidad.
Al igual que los adultos, los adolescentes no siempre deben compartir absolutamente todo lo que sucede en su vida y los pensamientos que pasan por su cabeza.
Exploración de la sexualidad
El despertar de la sexualidad de un hijo es algo que incomoda a los padres. Sin embargo, es algo necesario para que se conviertan en adultos sanos y felices.
En la adolescencia, los jóvenes comienzan a sentir el deseo sexual sumergiéndose en la fase de autoexploración para, posteriormente, buscar el contacto sexual con otras personas.
¿Y dónde pueden conocerse sino en su habitación? Allí es donde descubren cómo son, cómo es su cuerpo, y qué deseos y sensaciones les gustan.
Creación de reglas propias
Los adolescentes comienzan a tener sus propios criterios, estrategias y reglas que les servirán también para desenvolverse en el mundo adulto. Sin embargo, no suelen tener espacios en los que ponerlas en práctica.
En casa, mandan los padres; en el instituto, los profesores; con los amigos, la presión de grupo, etc. ¿Dónde quedan ellos en todo eso? Por eso, sus habitaciones son el lugar perfecto en el que probar a “hacer las cosas a su manera».
Nuevas formas de relacionarse
Finalmente, no debemos olvidar el papel que juegan las nuevas tecnologías y las redes sociales. En el camino a la independencia, los adolescentes buscan apoyo entre su grupo de iguales, y las nuevas tecnologías les permiten estar en constante conexión.
Las redes sociales como Instagram, TikTok o WhatsApp son los canales de comunicación a través de los que se relacionan con los demás.
¿Cómo deben reaccionar los padres ante el aislamiento adolescente?
Sin embargo, muchos padres viven el aislamiento en adolescentes con una gran preocupación. Algunos acuden a nosotros diciéndonos “mi hijo está siempre en la habitación, ¿tiene algún problema?».
A priori, encerrarse en el cuarto es un indicador de que se está desarrollando de forma positiva y normal. Sin embargo, es cierto que se deben seguir algunas pautas:
- Marcar límites temporales: El adolescente debe aprender que cada cosa tiene su momento. Por eso, es importante que aprendan a fijar tiempos dedicados al ocio, al estudio y a la familia. Además, es recomendable poner normas en relación con el uso de móviles, consolas y demás aparatos electrónicos que sustituyan la comunicación en persona.
- Permitir que su habitación sea su espacio personal: Muchos padres optan por convertirse en policías, revisando qué hacen sus hijos, con quién están, mirando entre sus cosas… Los padres deben asumir que no pueden saber todo acerca de sus hijos y deben darles la confianza para que sean ellos quienes les cuenten qué sucede en sus vidas. Actitudes como invadir su espacio, someterlos a interrogatorios o entrar en la habitación sin llamar solo aumentan la brecha entre padres e hijos.
- Utilizar la inteligencia emocional y mostrarse dialogante: Los padres son los adultos y, como tal, tienen una mayor capacidad de control sobre sí mismos. Por ello, es importante que sean firmes, pero pacientes y abiertos, sin dejarse llevar por sus nervios. Esto último ocasionaría discusiones y haría que sus hijos se guardasen más secretos. Además, comunicarse con ellos desde la calma, permite conocer cuáles son sus gustos, sus ideas y por qué hacen lo que hacen.
¿Cuándo se convierte este aislamiento social en un problema?
Aunque, en general, el aislamiento es una conducta propia de la adolescencia, hay ciertas señales de alarma que indican que puede existir un problema. Por ejemplo, si el adolescente dejar de participar en muchas de sus actividades, si rompe con sus amistades o si baja su rendimiento escolar drásticamente. En estos casos, podríamos estar ante problemas relacionados con la agorafobia, la fobia social, o relacionados con la autoimagen, entre otros.
Si este es el caso, el aislamiento social pasa de ser una conducta normal de una etapa evolutiva a ser un síntoma de un problema sobre el que hay que trabajar. Por ello, cuando los cambios son drásticos, lo mejor es pedir ayuda a un profesional.